Esto no es un paseo de ponis. Es sentir el poder de una bestia noble bajo tu control, galopando a través de praderas abiertas con el viento en la cara y la Cordillera como telón de fondo. Eres un pionero, un explorador, reconquistando la Patagonia al ritmo del galope. Al final del día, el olor a cuero y sudor se mezclará con el del fuego, mientras compartimos un asado campestre bajo las estrellas. Esto es libertad en su estado más puro.



